Virgencita plis, quítame la celulitis

2022-09-17 12:53:13 By : Mr. Ian Sun

Algunos de los diseños de Amparo Serrano.

Fue hace menos de diez años que adolescentes y jóvenes de clase media capitalina cargaban estampitas de la virgen de Guadalupe con las leyendas: “Virgencita, plis, cuídame”,  “Quítame la celulitis”, “Cuida mi nave”, o “Que el celular no me llegue muy caro”.

La creadora era la diseñadora gráfica Amparo Serrano, nieta del banquero Manuel Espinosa Yglesias e hija de la filántropa Amparo Espinos Rugarcía.  Amparín, como le llaman desde niña, es una pintora nata que encontró tarde su vocación pero logró capitalizarla al caricaturizar personajes inspirados en la sociedad mexicana, “con mucho humor negro”, bajo la firma Distroller.

“Siempre estaba dibujando, desde chiquita”, cuenta Amparín, quien en su niñez fue extra en Mundo de Juguete, y en su adolescencia, cantante del dueto Media Luna y de Flans, donde la reemplazaron de última hora, “hasta que me convencí que no tenía talento para eso”.

Estudió entonces la carrera de diseño gráfico en la Universidad Anáhuac del Sur y aprovechó sus estudios para crear un personaje llamado Dr. Chui, que recetaba un chamoy diferente para cada niño.

El proyecto incluía los chamoys, pero no fue aprobado por la Secretaría de Salud, “porque los componentes destruían la flora intestinal, por eso mismo se llamaban “Distroller”.  De este experimento salió el nombre de la que sería su tienda y registró la marca, “por cualquier cosa”.

Cuando se tituló, se casó con un empresario estadounidense, se mudaron a Nueva York y se dedicó a sus dos hijas, Amparo y Camila. Amparín se inscribió a un curso de cerámica “para hacer algo”, y su primera pieza fue un plato en el que dibujó cómo conoció a su marido.

A su vuelta a México, con ayuda de sus amigas Maru Aroche, Claudia García y Sandra Arrieta, “y diez mil pesos que me prestó mi mamá”, emprendió su negocio: Amparín S.A. de C.V. y la boutique Distroller en Las Lomas de Chapultepec, en el año 2000, y al año siguiente, abrió la de San Ángel.

Su concepto original eran las vajillas personalizadas, pero en 2001, en un viaje a Guatemala, un artesano callejero le mostró una medalla de la Guadalupana, “tan mal hecha que vino a mi mente una caricatura”, y Amparín decidió dibujar a su estilo a la virgen, acompañada de la frase: “Virgencita, plis, cuídame”.

“Yo todo lo hago caricatura”, dice, orgullosa. Y a la que llama ahora su madrina, le pintó un rostro sonriente, sin nariz y la rodeó de colores brillantes y folclóricos. Lanzó primero estampitas, cojines, y después, tazas y otros productos.

“Pero mucha gente pensó que me estaba metiendo con la virgen y algunos sacerdotes se negaban a bendecir mis imágenes; pero yo soy guadalupana y  todos le hemos pedido una cosa así alguna vez”.  Eventualmente, la Basílica la contactó y hoy venden también las estampas de Amparín.

Otro momento que la puso en el reflector fue cuando lanzó la edición especial de relojes “Andrés Manuel, cero y van tres relojes que me roban”, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador como Jefe de Gobierno el D.F. “La marca se adapta”, dice Amparín, aunque no revela si hará algún diseño para a las elecciones del 2012.

Por lo pronto, pretende hacer una película que consolide su crecimiento, que en diez años suma cerca de 2 mil 500 productos “para niños, adolescentes y hasta señoras menopáusicas”; ha logrado alianzas con otras marcas con Wal-Mart, que fue la primera, en 2008, con la Rosca de Reyes, y después con Scribe, Kleenek, computadoras HP, la firma italiana de cosméticos, Pupa, y helados Moyo.

Actualmente, Distroller cuenta con 32 boutiques y franquicias en todo el país –incluyendo puntos de venta en El Palacio de Hierro-, y en en Miami, Los Ángeles, Venezuela, Ecuador y en El Corte Inglés de España.

Pero, ¿cuál ha sido el secreto del éxito para Amparín?  “Que mi regla es la no regla. Yo hago lo que me sale del alma y punto”.

Si te lo dice al bajar del tobogán que va de su habitación a la sala de su casa, tienes que creerle, en esa sucursal de Distroller donde el sofá es de cojines multicolores, Amparo Serrano, a sus 46 años, no tiene límites.

“La imprudencia suele preceder a la calamidad”. Los mexicanos están descubriendo la veracidad de esta frase del historiador romano Apiano, pues estos días ven cómo uno de sus tesoros naturales, la playa de Balandra, considerada la “más bonita” del país, ha sido cerrada debido a un derrame de combustible provocado por el incendio de una embarcación recreacional que, de acuerdo con la legislación nacional, no debía estar allí.

Las autoridades han desplegado a decenas de funcionarios para intentar limpiar la zona que desde 2012 no solo ostenta el título de “área de protección de flora y fauna”, sino también el de Patrimonio de la Humanidad que otorga la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco).

El incidente preocupa a los habitantes del estado norteño de Baja California Sur, para quienes los miles de turistas que, año a año, llegan atraídos por las famosas aguas turquesas de las playas del parque representan una importante fuente de ingresos.

El derrame que ha teñido de negro las aguas y las blancas arenas de al menos tres playas del parque de Balandra se produjo en la noche del sábado, cuando un barco identificado como “Fortius” se incendió.

Los ocho turistas que viajaban en la embarcación y los cuatro miembros de la tripulación fueron rescatados ilesos, reportó la prensa local.

Las causas del siniestro siguen sin conocerse. Sin embargo, el hecho de que el yate, de más de 7 metros de largo y casi 2 de ancho, se hundiera con diésel en sus tanques hace temer que el vertido continúe.

“Hay que rescatar la embarcación hundida además, para que no vaya a contaminar más, aunque la Marina ya hizo un bordo para que no se siga esparciendo”, declaró el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, a las horas de conocerse el incidente.

En una primera declaración las autoridades del Área Natural Protegida de Balandra, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de la Capitanía de Puerto y de la Secretaría de Marina admitieron que la cantidad de combustible derramado es “considerable”.

Casi cuatro días después de ocurrido el derrame las autoridades no han informado sobre el área afectada ni cuándo podrían culminar las labores de limpieza y se podría reabrir este importante centro turístico.

Pese a lo anterior hay quienes evalúan positivamente la actuación de los responsables gubernamentales. “Todas las autoridades han actuado correctamente en tiempo y forma“, aseguró BBC Mundo, Alberto Guillén, de la Red de Observadores Ciudadanos, una de las primeras agrupaciones civiles que se presentó en el lugar del suceso y que colaboró en el desalojo de los turistas.

Guillén, quien es biólogo marino, dio por hecho que en un par de días la limpieza de los residuos superficiales concluirá. No obstante, aclaró que esto no implicará la reapertura de Balandra.

“Hay que evaluar el impacto en el fondo marino”, dijo, al tiempo que reveló que este miércoles buzos de la Universidad Autónoma de Baja California realizan una inspección en el lecho marino para determinar la magnitud de los daños provocados por el carburante vertido.

Más crítico se mostró Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos de la organización Oceana, quien consideró que este accidente revela que la legislación ambiental es “letra muerta“.

“Las regulaciones del Área Protegida no permiten la presencia de embarcaciones de motor en la zona, pero este barco estaba allí y de paso se encontraba en un momento en el que no están permitidos los visitantes”, explicó a BBC Mundo.

El Programa de Manejo del Área Natural Protegida con el Carácter de Área de Protección de Flora y Fauna de Balandra, dictado en octubre de 2015, prohíbe el “uso de vehículos motorizados” en la zona.

Asimismo, Rivas calificó de desafortunadas las declaraciones del gobernador Castro Cosío, quien pretendió exculpar a los propietarios del barco.

“Este tipo de hechos no se puede prever, fue un incendio en una embarcación. Creo que toda la comunidad entiende que fue un accidente. Le ha podido pasar en un carro en la ciudad y derramarse la gasolina. Los dueños, pobres, las pérdidas que tuvieron también“, dijo el gobernador.

“Lo ocurrido prueba que nuestras regulaciones están muy bien en el papel, pero que en la práctica no se cumplen. La falta de vigilancia y supervisión ha permitido esta situación”, apuntó el activista.

En lo que sí coincidieron los activistas fue en exigir sanciones para los propietarios de la embarcación siniestra. “Se deben imponer multas ejemplares a los dueños del barco para que reparen los daños y evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro”, dijo Rivas.

Desde el Congreso también se han escuchado demandas similares. El diputado Eduardo Van Wormer Castro ha reclamado todo el peso de la ley para los responsables del desastre y que se reordene la zona, informó el diario El Independiente.

Balandra no solo es importante económicamente hablando por su valor turístico, sino que también reviste gran importancia ambiental. ¿La razón? Es un lugar de avistamiento de ballenas, de delfines y otras especies marinas, y contiene tres de los cuatro tipos de manglares que hay en México.

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